17 noviembre, 2021

Deseos.

Prometo que desde que vi sus ojos, no quise mirar nada más. Hubiese sido capaz de renunciar a los atardeceres, a las gotas de lluvia cuando se deslizan por la ventana, a las estrellas fugaces y sus intenciones por ser utilizadas. Ningún deseo iba a hacerme tan feliz, como reflejarme en su mirada. 

02 octubre, 2021

Mentir.

Ilusiones es el nombre que le ponemos a esas mentiras que nos hacemos, sólo porque nos disgusta la realidad.

23 septiembre, 2021

Tal vez.

Tal vez no se quedó conmigo porque le daba miedo darse cuenta que yo le quería, como él no sabe quererse.

Azúcar y orgullo.

Ni te imaginas lo que sentí al verte de nuevo.
Tuve que ponerle azúcar a mi orgullo. Y lo tragué.
Nos saludamos como si nada hubiese ocurrido. Y estábamos en lo cierto.
Eso fue lo peor.

Habría deseado no enterarme de cómo te iban las cosas, pretender, quizás, que no me molestaba en lo absoluto tu ausencia. Pero dolía, mucho.
Lo suficiente como para fingir una sonrisa.


Encendido automático.

Siento demasiado, no sé apagar la cabeza y mucho menos el corazón. 

No sé ser feliz a medias ni amar de a poquito. 

Lo mío siempre es a todo o nada. 


Simple.

¿Alguna vez alguien se detuvo a pensar lo idóneos que son los momentos en los que suceden las cosas? ¿Por qué hoy y no un jueves? ¿Por qué tú y nadie más?

Adiós es para siempre.

Llegué a sentirme ahogada, como si las lágrimas en vez de salir por mis ojos, se estancaran en mi garganta. 

Y no era yo, el dolor me consumía cada vez más, hasta hacerme dudar de todo. Me quemaba y me rompía, me hacía sentirme muerta en vida. 

Lo había perdido todo. Se habían marchado tú, mis proyectos y las ganas. Lo peor de todo es que nadie me había avisado que cuando más amas, más arde al soltar. A veces ni quieres soltar, te aferras esperando una última oportunidad, un último intento, un último "te amo" y sin embargo recibes incertidumbre, ganas de alivianar sus mochilas y seguir caminando sin tus cargas. 

El problema es que se vacían de lo que les molestaba de ti, pero también de lo otro: De las noches en vela contigo y de tu forma de entregar todo sin que te quede nada en la manga, de tu amor incondicional y tu ternura desmedida, de tu fidelidad y tu manera de quedarte siempre, bajo la lluvia o cuando el sol quema.

Y eso también duele cuando se va, porque luego te buscará en otras formas y otras bocas, en otros cuerpos y otras mentes, y no te verá, no logrará encontrarte. 

Porque como tú y en tu medida, nadie los amará con esa intensidad.